El regreso a casa del hombre imaginario
Ahí de pie ante el camino de la reja a la puerta está el hombre imaginario.
Complicando el funcionamiento de los labios trémulos,
esa casa multilabialmente nombrada…
No es la propia.
Ha fenecido detrás de los imitantes del hombre imaginario…
Esos que desean alcanzarlo y sonar como él.
Se han enmohecido los adornos de las repisas.
¡Sólo queda ese secreto!
Ese nombre vociferante que las sombras resguardan para el sepulcro de éste.
Aquí, bajo un gimoteo imaginario,
yace este imaginado sin nombre, sin lagrimeo.
El recuerdo huye detrás del verbo.
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