Palmira Ramos Cruz, profesora y potente poetiza del Valle de Aconcagua, oriunda de San Felipe. El poema queda colgado en una escena. Cada milímetro de este paisaje, percibido, detiene al lector en la reflexión sobre el contorno que diariamente transita.
TODAS LAS POESÍAS
Todas las poesías
salieron a protestar
por las calles de la vida
por las palabras vacías.
Todas las poesías
marcharon sobre la Biblia
desde el génesis al apocalipsis,
recorrieron mitologías.
Tiene tantos divos y divas en cetros
y élites exclusivas;
todas las poesías salieron
ese día a gritar
y las damas y caballeros
se empezaron a ruborizar,
marcharon desnudas
con el abecedario en la mano
y llorando su ortografía.
Todas las poesías del Olimpo
quedaron atrapadas en sus mitos,
las poesías buscan poetas
sin pedestales ni coronas.
Todas las poesías se atrevieron
a fumigar a los miles de bohemios
endiosados en sus bares.
Todas las poesías gritan a mi oído
versos que me obligan a decir
bajen de sus altares.
La poesía necesita vivir.
BUZÓN DE VOZ
Dejo esta carta
en el buzón de voz
Donde los dioses del Olimpo
Dejan caer maderos
Con miles de esclavos.
Miro tras las horas
La memoria de la Tierra
Y escribo mi verso sobre
La única estrella
que cuelga de mi bandera.
Si no escuchas las voces
Los cantos tendrán primavera
En este año en que los astros
se empoderan de la historia.
Dejo esta carta en un buzón
Es un manuscrito milenario
Y no tiene traducción.
MADRE TIERRA
Madre Tierra, madre luz
madre de las madres
de la Tierra en cruz,
de los clavos sentenciados
a enclavar la voz en esos bosques
donde la sombra es un saber
y el fuego un poder
las raíces se hunden en ese fogón
de idolatrías, de secas hojas
y savias destruidas.
Madre Tierra, Madre luz
tu grito es un infierno
en las palabras mías,
extirparé tus osamentas
de los pilares calcinados.
Tierra madre, que tu útero
se salve
para procrear la simiente
en las horas de los días.
Madre Tierra, Madre luz
Madre de las madres
de la Tierra en cruz.
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