domingo, 22 de mayo de 2022

Jennifer Constanza Arevalo Bravo, poemas.

 


Jennifer Constanza Arevalo Bravo. Liceana de 16 años, nacida en Valdivia, andariega de ciudad en ciudad, nutriéndose de experiencias, actualmente vive en Talca. Desde niña gira en torno a la escritura, queriendo ser escritora, escribiendo su juventud en verso.


1.

Recuerdas untar nuestras pieles, bajo olas,

En su lecho pleno que ahora

Entrecortado se asoma,

Gargajeando emociones bravas,

Y donde los pinos yacían,

Ya cada uno de ellos me has apartado.


Te adueñaste de la paz de mi cama,

Que ahora resucita

Ese aliento sin sabor, emoción.

Aun te arrastras, apenas

Saboreando mi partida.


Con la garganta atragantada de pudor,

Con escapes que se cristalizan

Y que han de enredarse

Una y otra vez en ti.


Ya sólo quiero perecer

De tu corazón envidioso,

Me he cansado de ser

Aquel terreno que roes, maltratas,

Tan sólo quisiera

Jamás haberte dedicado el encuentro

Y que de mí cesaran los amores.


¡Ay, mi corazón, cuán adolorido!

Déjame de una vez,

Ya suspender de tu cuello,

Extinguirme, ausentarme,

Déjame vivir, sin ti.


2.

A brisa mínima

Repercute en mí

La falta del palpar materno,

Y las heridas que hoy rechinan en mi puerta,

Exhibidas, innegables ante mí,

Una amargura

Es la que retuerce antiguos huesos

Que hoy son mi caminar,

El despertar pasivo

Agresivo ha de susurrar

¡Y las respiraciones inocentes, juguetean!

Tú, tan lejana niña pequeña,

La poesía escarbando bajo tu espalda,

Sacudiendo, reviviendo temores infantiles

¡Que hoy a corazón sordo he de callar!

No te niegues, no extingas al dolor.


Pequeña niña, dime

¿Qué tal bate el viento en aquella felicidad?

¿Aún tus pupilas claras ven?

Recuérdame, contágiame

Una atroz risa

Que me manche de llanto,

Que me ahogue las pupilas,

Que estremezca y sofoque.


Pequeña niña, dime

¿Cuál fue tu recitar?

Ante la extinción del pecho y amamanto 

¿A qué mar negado fuiste a atravesar?

Que hoy miles de gotas antiguas y enterradas

Caen sobre mis pies

Y más frescas que cualquier dolor

Recobro aliento

Y ya la niñez me despidió,

Un pequeño desespero.


3.

No te entiendo

Y me lastima no entenderte,

Me duele ver que no soy

Lo que esperas ante tus pies,

Y que tan sólo soy

Un ramaje de sueños frustrados,

Que tan sólo soy tus piernas

Jóvenes e imparables,

Sufrimientos sin terminar

Y ese amargo tragar

Que siempre me contagias al encuentro,

El odio enmudecido,

Tan fácil solía ser

Que la rabia resbalara,

Saborear tus palabras

Y en consuelo

Perecer

Siempre,

En espera del perdón

¿No es para ti triste?

Hacer de mis recuerdos

Hileras de ladridos

Violentos, descontrolados

Y de mis huesos

Abundar el dolor,

Hacer de mí

Sensible

Y tu recuerdo 

Aun traumatizado,

En mi boca, respirar inocencia

Y omitir alguna culpa,

Reconocer mis cicatrices

¿No es para ti triste?

Ir en mi sangre,

Ser mi padre

¿Duele?