domingo, 22 de mayo de 2022

Jennifer Constanza Arevalo Bravo, poemas.

 


Jennifer Constanza Arevalo Bravo. Liceana de 16 años, nacida en Valdivia, andariega de ciudad en ciudad, nutriéndose de experiencias, actualmente vive en Talca. Desde niña gira en torno a la escritura, queriendo ser escritora, escribiendo su juventud en verso.


1.

Recuerdas untar nuestras pieles, bajo olas,

En su lecho pleno que ahora

Entrecortado se asoma,

Gargajeando emociones bravas,

Y donde los pinos yacían,

Ya cada uno de ellos me has apartado.


Te adueñaste de la paz de mi cama,

Que ahora resucita

Ese aliento sin sabor, emoción.

Aun te arrastras, apenas

Saboreando mi partida.


Con la garganta atragantada de pudor,

Con escapes que se cristalizan

Y que han de enredarse

Una y otra vez en ti.


Ya sólo quiero perecer

De tu corazón envidioso,

Me he cansado de ser

Aquel terreno que roes, maltratas,

Tan sólo quisiera

Jamás haberte dedicado el encuentro

Y que de mí cesaran los amores.


¡Ay, mi corazón, cuán adolorido!

Déjame de una vez,

Ya suspender de tu cuello,

Extinguirme, ausentarme,

Déjame vivir, sin ti.


2.

A brisa mínima

Repercute en mí

La falta del palpar materno,

Y las heridas que hoy rechinan en mi puerta,

Exhibidas, innegables ante mí,

Una amargura

Es la que retuerce antiguos huesos

Que hoy son mi caminar,

El despertar pasivo

Agresivo ha de susurrar

¡Y las respiraciones inocentes, juguetean!

Tú, tan lejana niña pequeña,

La poesía escarbando bajo tu espalda,

Sacudiendo, reviviendo temores infantiles

¡Que hoy a corazón sordo he de callar!

No te niegues, no extingas al dolor.


Pequeña niña, dime

¿Qué tal bate el viento en aquella felicidad?

¿Aún tus pupilas claras ven?

Recuérdame, contágiame

Una atroz risa

Que me manche de llanto,

Que me ahogue las pupilas,

Que estremezca y sofoque.


Pequeña niña, dime

¿Cuál fue tu recitar?

Ante la extinción del pecho y amamanto 

¿A qué mar negado fuiste a atravesar?

Que hoy miles de gotas antiguas y enterradas

Caen sobre mis pies

Y más frescas que cualquier dolor

Recobro aliento

Y ya la niñez me despidió,

Un pequeño desespero.


3.

No te entiendo

Y me lastima no entenderte,

Me duele ver que no soy

Lo que esperas ante tus pies,

Y que tan sólo soy

Un ramaje de sueños frustrados,

Que tan sólo soy tus piernas

Jóvenes e imparables,

Sufrimientos sin terminar

Y ese amargo tragar

Que siempre me contagias al encuentro,

El odio enmudecido,

Tan fácil solía ser

Que la rabia resbalara,

Saborear tus palabras

Y en consuelo

Perecer

Siempre,

En espera del perdón

¿No es para ti triste?

Hacer de mis recuerdos

Hileras de ladridos

Violentos, descontrolados

Y de mis huesos

Abundar el dolor,

Hacer de mí

Sensible

Y tu recuerdo 

Aun traumatizado,

En mi boca, respirar inocencia

Y omitir alguna culpa,

Reconocer mis cicatrices

¿No es para ti triste?

Ir en mi sangre,

Ser mi padre

¿Duele?


domingo, 13 de marzo de 2022

Pablo Segundo Araya Meza (Choche), poemas.

Pablo Segundo Araya Meza, el Choche. "Poesía, a veces. Otras, cría plantas. No es que sean cosas diferentes…". Nació en el Hospital de Talca. Fue deseado por sus hermanas y hermano mayores. Creció en el campo y luego en la ciudad. Nunca fue bueno para leer. Ha escrito algunos poemarios, los que no han sido publicados, pero eso no es problema: los ha presentado en algunos centros culturales y en la calle desde 2017. En este momento sigue criando plantas... y "algún día", dice, "el color verde será el único que vean los ojos... que así sea". 





17

 

Te quiero.

Yo igual,

Pero lejos de acá.

 

Te amo

Yo también,

Pero teamo a matar.

 

Prontuario Delictual de Amanda Ruf, 2017.



IV

 

N u b l a d o ,                    p a s a

          l a   g a r z a   a ú n   s e   a l i m e n t a   d e l   P Ú t r i d o   c a n a l ,

          q u e   s e   r o m p e   e n   u n   c h i l l i d o  w  a r é n.

 

N u b l a d o ,                    p a s a

          l o s   á r b o l e s   a ú n   p a r a d o s   d e   c a b e z a ,

          l o s   q u e   n o   c a y e r o n   c o n   e l   t e r r e m o t o .

 

N u b l a d o ,                    p a s a

          l a   g e n t e   a ú n   d e   c o m p r a s   v a ,

           l l e v á n d o s e ,      c o n   s u s   b o l s i t a s ,        l l e v á n d o s e.

 

N u b l a d o ,                    p a s a

          l o s   n i ñ o s   a ú n   n o   s a b e n   q u e   h a y   c á m a r a s,

v o y e r i s t a s,

m i r o n a s,

vigilan

 

Peosía Piducana, 2018.




Sin título

 

El reflejo de la creciente en tus labios de zorzalita,

          habla las estrellas nos quieren juntos,

          ellas trinan contigo al oeste venus,

                                        la más brillante de luz

                                        la más arriba de los cerros luz

                                        la más serpenteando la noche de luz

Y los míos y los tuyos labios que susurran un beso,

          un beso al cielo que no es otro sino

                                        la altura inmensa de árboles brotando

                                        y reencarnando en flor

                    para todas  aquellas las criaturas que gozan los aires

                    y los pasos ocasionales de los trenes al hinojo

que destellan sobre nosotros así como la creciente,            

que destellan así como la creciente sobre nosotros, zorzalita, sobre nosotros.

 

Preciosa Cuarzo, 2019.



ORAD Y TEMED

 

Demo

Domes          ticado

Demas          ticado

PRO-TES-TA  PRO-TES-TA!  Y…

Kovilü-19

Culebra de agua

Coronacapucha, ¿ah?

Ajélate

Aléjate

Cof cof

No hable

No respire

Expansión indeterminada del capital

          cai cai cai cae cae cae

Plan de devastación víricaempírica

Des-co-lec-ti-vi-za-ción

Lluvia infinita, sagrada de diazepam

Fermento de humana resistencia como mil goteras a coro

Baliza la bala la bala la vi

La vila da sala baliza de ají

Vacila           ya no

Yerra            yera, oe

Cos-talazo    Cos-balazo

Olor-azufre

*Reestableciendo parámetros de orden y seguridad de la ley de seguridad interior de la ley segura siéntase el… SHCK SCHCK*

          …y plata                 plata

SUPRESION DEL PROCESO DE TRANSISTOSIS SOCIAL MEDIADA POR RETABILIZACIÓN DE LA SOCIAL ANSIEDAD GENERALIZADA

HOMOGENEIZACIÓN DISCURSIVA DEL DISCURSO DISCURSIVO

POTABILIZACIÓN DE LA VIDA

                                                   ANIMAL

                                                   VEGETAL

                                                   MINERAL

                                                   DIVINA

                                                   (…)

         

Terapia de Chokonavilü, 2020.


André Thorun, pinturas.

"André Thorun es un artista bastante peculiar, ya que su manera de hacer arte viene de su inconsciente y de su manera de vivir, el cual no está subyugado a la academia. Consignemos que André nació en Alemania a fines de los años 60, en 1980 se traslada a Chile finalizando sus estudios en el colegio alemán, el cual lo marcaría para siempre, ya que ahí conoció a su mejor amigo: Anton Reisnegger (Pentagram, Fallout y Criminal), entrando fuertemente al mundo de la música metal. Es quizás esta unión con el metal que lo hace crecer en un mundo atípico en el arte convencional chileno y crea su propia manera de ver el arte, desde un lado autodidacta, donde el ensayo/error es lo más común, pero lo que importa son las preguntas que Thorun se hace y las responde de forma fehaciente con su pintura y su música (Marzipan Devil). Desde 1990 se dedica a pintar corbatas que se venden en distintas tiendas de museos del país. Trabajó en publicidad, comercialización de objetos de artes y producción musical. A los 33 años pinta sus primeros cuadros, hasta ese entonces él vivía en Santiago y el año 2001 se cambia a vivir a Talca, reside 4 años en Cauquenes y vuelve a la ciudad del trueno. El 2008 edita su primer disco con su proyecto musical llamado Marzipan Devil, grabando varios discos a su haber, logrando editar en formato CD pro hasta la fecha dos discos. Su arte como su música son el soundtrack de su vida, ahí expone con la piel abierta todos sus miedos, alegrías e incertidumbres; demostrando que su modo de hacer el arte no es solo creando una pintura en un lienzo, sino que su vida pasa a hacer aquello, logrando poéticamente desde sus más mínimos pensamientos hasta su andar una forma única, un “arte de vivir”, algo que consignó muy bien el filósofo Francés Foucault, y que Thorun plasma como si fuese en ciertos momentos una encarnación doble, entre el pintor norteamericano Pollock y el músico australiano Nick Cave" (Manuel Knwell).

Thorun: "vivo actualmente en Talca y soy un artista soñador. Escribo, canto y pinto... mi pintura está en algún lugar entre la abstraccion, el expresionismo alemán y la poesia".


EXPOSICIONES

Junio 2004
"Campos energéticos" Casa del Arte, Talca.
Diciembre 2004
"Campos energéticos" Sala de Teatro Municipal de Cauquenes.
Mayo 2005
"Sólo estamos de paso" Museo O`Higginiano y Bellas Artes, Talca.
Mayo 2005
"Sólo estamos de paso" Sala Municipal de Chillán.
Diciembre 2006
"Abducciones" Sala Liga Chileno-Alemana, Santiago.
Mayo 2006
"Obras recientes" Casa de la Cultura, Cauquenes.
Junio 2006
"Obras 2002-2006" Galería Taller de Rockha, Santiago.
Mayo 2008
"Zodiac Motel" Casa del Arte, Talca.
Mayo 2015
"Voodoo Talca" Casa del Arte, Talca.













Julio César Marín Jara, "Lágrimas de sol", performance poética (7 de marzo de 2022 / Estudio Errante).

Julio César Marín Jara, "Lágrimas de sol"
(performance poética, 7 de marzo de 2022 / ribera del Piduco, 12 Sur c/ 14 Oriente, Talca).

Registro por Loreto Correa Peralta & Paulo Rojas Ubilla (Estudio Errante, https://estudioerrante.bandcamp.com/). 


* He aquí algunas imágenes del lugar --la orilla del Pidu--, como aparecen hoy en Google Maps... imágenes del pasado, diferidas en el tiempo (al pie del fotograma se indica que son de 2013):



Google Maps, fecha de la imágen: Febrero de 2013.

lunes, 7 de marzo de 2022

Lilian Barraza Pizarro, cuentos.

Lilian Barraza Pizarro es Profesora de Español. Su género literario predilecto es la narrativa, aunque tiene muchísimos poemas inéditos de larga data. Sólo ha publicado dos de sus libros, pero tiene dos novelas inéditas y otro libro de cuentos en proceso de creación. El primer libro publicado fue una crónica biográfica, resultado de una investigación sobre una escritora talquina, “Marta Jara Hantke: una pluma que emerge del trueno” (LOM, 2016). El segundo es un libro de cuentos, “Suspensiva” (Helena Ediciones, 2020), al cual pertenecen estos relatos. El año 2021 fue invitada por la Editorial de la Universidad Católica del Maule a escribir un capítulo (Marta Jara Hantke: entre flores y delirios) para el libro “17 Escritores Maulinos. Contra el Olvido”. Ha dado charlas literarias e impartido el taller gratuito “Letras de Mujer”, taller de narrativa breve (2021) para mujeres de la Región del Maule, como parte de una actividad inicial de la Corporación Lalén, Arte y Cultura, la cual dirige.




   DIRECCIÓN OBLIGADA

Aunque la autopista no le agradaba, no tenía otra elección, porque era la única vía disponible y rápida para acceder a su trabajo. A 70 Km/h. lograba llegar en 15 minutos, tiempo óptimo para preparar su material y revisar la agenda con la secretaria que siempre estaba antes que él. Todos los días la misma rutina, pero valía la pena cuando los trabajos escaseaban y había mucho profesional hiper especializado, principalmente extranjeros que trabajaban por mucho menos sueldo.

Siempre el mismo recorrido: el estadio, la universidad, sitios baldíos, casas lejanas y ese lugar. Un paso cebra señalaba el cruce peatonal, único símbolo  de advertencia de vida; todo lo demás era piedra, cemento, concreto. De pronto puso atención en su espacio. Escuchó que en ese momento sonaba “Non surprises. No sabía por qué siempre sintonizaba la misma radio “de adulto joven” –declaraba la locutora–.  Le desagradaba que repitieran los mismos temas. Ahora “Tears in heavende Clapton y rezongaba en su mente que al parecer tenían todo programado a la misma hora.  A pesar de eso, no cambió el dial.

Ese día lunes tuvo que irse más temprano, viajarían a la otra sucursal y se reuniría con su jefe directo en la empresa. Era invierno, la niebla espesa le recordó los días de su niñez. Tuvo un lapsus también entre las obligaciones de la pega y las decisiones que debería tomar; los niños, nuevamente la pega, lo mal que durmió anoche... El ruido del celular lo despertó de las cavilaciones.

Hola, gorda. ¿Qué pasa?

Es Pablo que amaneció con fiebre. Tiene 39,5.

Mi amor, va a tener que revisar constantemente su temperatura.

Miguel, tú sabes que trabajo igual que tú. Tengo que salir ahora ya.

Bueno, dele instrucciones a la nana, entonces.

Me avisó que no venía, no sé qué hacer.

Yo tampoco, sabes que tengo una reunión importante hoy.

Pero, Miguel, siempre me dejas todo a mí, preocúpate también tú.

Ya, llamo a mi mamá para que vaya a verlo, te aviso.

Antes había más demostraciones de cariño, amor puro. Ahora es todo obligatorio, rutina, como en la pega, “cumplir con” y ambos corriendo. Menos mal que la vieja vivía cerca y siempre apoyaba con los nietos. Más cosas que resolver, otro lapsus: no debía olvidar que tenía que acompañar a la mamá al médico… pero si Pablo está enfermo… tal vez no sea nada… Pensó en sus hijos más pequeños, en su esposa Bárbara, otra vez vino a su cabeza la reunión… de pronto la neblina se hizo intensa, muy intensa, no alcanzó a frenar, solo sintió el golpe como estaca, violento. Un frío pálido recorrió su columna de principio a fin y algo se retorció en su estómago. Se detuvo más allá, no andaba nadie a esa hora. Ya no había nada que hacer, solo correr el cuerpo y huir, llegar a tiempo a la cita con el jefe para no perder la pega; correr rápido, más rápido, muy muy rápido para dejar todo atrás, la neblina, su jefe, Bárbara, la vieja, Pablo y el cuerpo, la neblina, la maldita neblina… A lo lejos, como un susurro, la música de Creep:

ButI'm a creep I'm a weirdo.

Whatthehell am I doinghere? I don'tbelonghere.

 

Llegó a la oficina con el estómago revuelto.  Trató de no pensar, de mentirse que no ocurrió nada, que fue su imaginación, el estrés, en fin.  De regreso a su casa quiso verificar el hecho y condujo a 40 para observar el pavimento, quería confirmar si había alguna evidencia, pero apenas encontró una huella de sangre.  Luego, le comentó a Bárbara.  Ella le dijo que se quedara tranquilo, que tal vez creyó que sucedió y no fue real.  Lo abrazó fuertemente y le susurró: te amo, no sé qué haría sin ti.  Miguel tragó saliva, colgó sus párpados en el vacío de la conciencia. Nunca más pudo dormir y el grito se le ahogó en la garganta como un gigante al interior de una casa de muñecas.

Al otro día, tenía que encaminarse al trabajo por el mismo lugar, no había otra forma de llegar.  Y, entonces, el corazón le dio un vuelco cuando en aquella intersección vio a una madre y familia doliente, vistiendo de luto.  Justicia para Tomás”, decían los carteles. Más tarde, en la oficina leyó que era hijo  único, autista, que había salido solo esa mañana, se había escapado… pero no podía entregarse, tenía familia, ¿qué le diría a Bárbara?, tenía responsabilidades en el trabajo, tenía madre por quien responder, tenía miedo, mucho miedo.  Por Dios, no fue su intención, no quiso hacerlo.

El miércoles cortó su respiración cuando transitó por ese trecho de la vía, mientras pedía perdón imaginariamente como un ruego; el jueves, cuando tuvo que detenerse otra vez en ese paso peatonal, cerró los ojos y recitó nuevamente su oración.  El viernes divisó más carteles y protestas por la falta de semáforo… Una semana después era imposible no ver que, frente al sector del deceso, construyeron una animita. Había globos blancos y negros para Tomás. De repente, uno negro se soltó y voló lentamente hasta su parabrisas y quedó ahí, solo por  un momento, casi señalando: aquí está el culpable”.

 

Pasaron los meses.  La salud de Miguel se deterioró, ya no quería comer, el traje le daba dos vueltas a la conciencia.  Un día, cuando venía de vuelta, observó que habían pintado una cruz de colores en la vía, justo en el lugar donde había quedado el cuerpo.  Ese día, llegó a casa y lloró. Lloró a mares con un torrente desenfrenado de hipos y lágrimas. Bárbara, preocupada, lo observó apenada, mientras él arrodillado, abrazaba sus piernas como un niño arrepentido. 

 

Enseñan que los hombres no lloran”, Bárbara.

   ¿Qué quieres decir con eso?

  No he podido llorar, no he podido pedir perdón… y ahora la pintaron, justo ahí donde quedó el cuerpo, la sangre.

No, Miguel, pero entonces fue…

Lo siento.  Yo no quise hacerlo, era solo un pequeño… ya no puedo seguir apretando los labios… pasar sobre la cruz es seguir ultrajando su recuerdo día a día.

 

 

MAKE UP 

…Entonces, dime que ocurrió.

    Soledad tenía una muñeca. Recuerdo que papá se la regaló antes de morir, pero claro, en ese tiempo él no sabía o –no quería saber– que algo en su cuerpo lo estaba carcomiendo de a poco… Maldito cáncer… Y ella, la muñeca, era casi tan alta como la Sol. La Sol tenía como 4 años en esa época. Sí, ahora que lo pienso, era rara, una “no muñeca” en realidad, de esas grandes, casi humanas, ¿sabe?, pero no una Annabelle. Esta “no muñeca” era linda, amigable…

    ¡Qué extraño!

    No lo sé, era muy adulta, llevaba maquillaje, su figura estaba desarrollada, tenía pechos de mujer, ¿entienden? Ya sé, me va a decir que todas sus muñecas no parecían muñecas, sino que eran prototipos de mujeres con medidas “perfectas” como las Barbies… Solo que esta era más mujer, tenía encanto, sensualidad… ¡No!, no como las Barbies… Bueno, el asunto es que un día la Sol llegó a mi cuarto, tenemos cinco años de diferencia. En ese tiempo yo andaba en los doce. No me conocieron en ese tiempo, pero mi cara estaba plagada de espinillas…

    ¿Quiénes no te conocieron?

    Pero ese no es el punto. Para cubrirlas, me compraba todo tipo de maquillaje. Paolo, el pololo de mi madre, me pasaba plata para conquistarla y yo me compraba bases, correctores, polvos faciales y todo tipo de paletas para que mi cara se viera más limpia. Así decía Paolo.

También me regaló un tocador donde guardaba mi maquillaje y me la pasaba todo el día jugando a verme más bonita… También yo creo que fue para cubrir el vacío que dejó mi papá. Cuando él se fue, todo se dio vueltas en mi vida. Solo quería encerrarme. Y mi mamá  no se demoró nada en buscar un reemplazante. La odiaba. La abuela, antes de morir, le decía: “si quieres ten romances puertas afuera. Tienes una niñita…”. Pero no… ella tenía que meter al puto hombre en nuestras vidas, cuando todavía estaba el olor de mi papá en la casa, sus cosas… No sé. Fue muy duro todo. En una familia de cuatro, cada uno hacía lo que quería. Yo me encerraba…

— Siempre es duro. Viviste el duelo de tu padre… Y ¿ocurrió algo más?

    El asunto es que un día llegó la Solcito a mi pieza y se puso a mirar con esa cara de tristeza que… Le pregunté qué quería. Más bien le grité qué necesitaba, porque me cargaba hasta que alguien me mirara. Ella se acercó tímida… era tan tímida la Sol… Y me preguntó si la podía ayudar con algo. En sus ojos había una luz tan opaca… ¡Pregunta, rápido! –le dije– que tengo que salir. Y ahora me arrepiento, me arrepiento tanto, porque si realmente la hubiera comprendido…

 

¿Sabe qué me preguntó? Me preguntó con su vocecita de niña qué podía hacer para afearse. Yo me puse a reír y le dije que estaba loca, que era al revés, que una mujer tenía que ponerse bonita. Que como era tan tonta, que de dónde sacaba esas leseras… Ella me quedó mirando y le corrieron las lágrimas, pero calladita. Yo debería haberla abrazado, haberle hecho cariño en el pelo, haberle dicho que no estuviera triste y haberle preguntado qué quería decirme en realidad. En vez de eso, le tiré las trenzas y le di un palmazo para correrla de la pieza.

 

Ok.  Me  has  contado  acerca  de  tu  hermana  Soledad.  ¿Puedes hablarme de ella? Y quiero que me expliques quién es Soledad. En el relato dices que es tu hermana menor… cuando hablas de ella parece que la extrañas y sientes mucha pena, te sientes responsable. ¿Por qué Josefina?, ¿qué le pasó realmente a Soledad?


    ¿No lo sabe?... ¡Dios, era solo una niñita de ocho años! A ella, a la Sol no le gustaban los maquillajes, la Sol quería ponerse fea.


Bueno, entonces según entendí, Soledad… Sol, era tu hermana cinco años menor que tú. Tu familia está constituida por cuatro personas. Tu papá murió de cáncer y le regaló una muñeca muy particular a Sol. Tu mamá tiene o tuvo un novio un año después de morir tu padre. Tú te aislaste y no pusiste atención en nadie. Tu centro de entretención era el maquillaje. Ahora dime, ¿qué le ocurrió a Sol?, ¿ella también murió?


    No, no Sol… usted no entiende. Ella quería ponerse fea para que él no la persiguiera. Quería que no la viera, quería no existir.

Es verdad, no entiendo. Explícame por favor tú ¿Quién?, ¿quién es esa persona que daña a Sol?

    Es él, él todos los días se subía. Le regalaba dinero, cosas para que no hablara. Le regalaba vestidos…


Ok, eso ocurre desde que Sol tiene ocho años…, entonces Sol está feliz con la muñeca.

 

    No ella es… maquillada como grande, tiene senos grandes, uf! Una pornografía barata.


Bien, entonces, Sol es la muñeca. Entonces a Sol le gusta maquillarse. Eso a “él” debe agradarle, ¿no?

 

    Pero a la pequeña Sol no, ella quiere verse fea, muy fea, no quiere que la vea más.


— Tranquila, ¿por qué sientes tanta pena?, ¿crees que deberías haber ayudado más a Soledad?


    …Era mi hermana. Ahora está muerta, ¿lo entiende? Yo debería haberme fijado en sus ojos gritando auxilio, rogando por ayuda. Si hubiera estado pendiente de ella y no solo de mí misma… Ella murió, la mataron. La mató ese imbécil que mi madre tenía de novio.


Lo siento, de verdad. Me imagino el dolor que debes sentir por la pérdida de tu hermana. Pero, ¿por qué razón la mató?


    El desgraciado la violaba, todos los días de su vida. Subía a su cuarto y abusaba de ella. Fuerte. Cuando era pequeña era un dolor tan grande, pero la  amenazaba. Ella no lo sabía entonces, pero le decía que si abría la boca iba a matarla. A matarla, ¿puede creerlo? Como si ya no lo estuviera haciendo. No recuerda cuándo le llegó su primera regla, pero sí recuerda que fue dolorosa, tuvo vómitos, enfermó y cayó en cama, pero a él no le impidió llenarse de sangre, igual se vino sobre mí, igual me tocaba con sus manos asquerosas. Y no había nadie, nadie para defenderme, ni ella…

    ¿Quién es ella?

    Mi madre, ella no se daba cuenta, adoraba que me quisiera tanto, que me vistiera como muñeca. Mi madre disfrutaba cuando él me maquillaba y ponía labial rojo. Incluso le pasaba sus joyas. “Parece que la hija es tuya”, le decía. Por eso quería afearme, para que a él mi madre le bastara, pero no… seguía subiendo, seguía ensuciándome todos los días con sus manos asquerosas. Ya no aguantaba más, dejé de comer, quería desaparecer, no estar…

 

¿Qué pasa, Soledad?, ¿por qué te has quedado en silencio?

 

    ¿Soledad?

 

Sí, Soledad.

 

No, no… yo... No quiero maquillarme nunca más.